En mi casa se juega así
La guerra es un juego y los juegos son una guerra
En ninguno de los dos las reglas están claras y cada uno juega con las que más le convienen
Con esta premisa de paralelismo básico entre los juegos infantiles populares y un conflicto bélico comienza una obra en la que sus confusos jugadores no saben bien qué sucede a su alrededor ni a que reglas atenerse para enfrentarse al desarrollo de la violencia y de lo inevitable, además del evidente conflicto inherente al perfil de unos personajes de naturalezas opuestas que conforman una pieza tragicómica en la que no sabemos si reír o llorar
Todo esto acompañado de un ilustrador y y DJ en vivo que complementarán la historia y aquello para lo que las palabras no son suficientes
La paz no existe, es sólo una palabra que inventamos para describir el tiempo antes de otra tirada de dados
Somos comidos por no comer
Somos comidos por comer
Cía. Yo nunca jugué con barbies