48:4=12 y/o la enfermedad de hacerse grande

Categoría: Teatro

48/4=12. Una división es el reparto, pero también el desacuerdo, la desunión o el enfrentamiento entre personas.

Nacemos bajo el bombardeo social de “sé feliz”. Crecemos bajo el bombardeo social de “sé feliz”. Estamos y seguimos creciendo mientras perseguimos un alcance de la felicidad que se frustra.

En el caso de que sea posible efectuar la división, el dividendo (48) contiene un número de veces al divisor (4), llamado cociente (12). Resultando una división exacta, es decir, sin resto o residuo (0).

Nuestra felicidad está suspendida bajo el vértigo para llegar a esa división exacta, a ese “cero”, esa eliminación del residuo. Si no eliminamos ese residuo, sólo podemos sonreír y aguantar. Para aguantar es necesario un sedante. Que anule el tacto y el dolor. Anestesiarnos emocionalmente para llegar al cero.
Nos inyectamos algo que socialmente está visto como destructivo. Un efecto efímero que te evade y luego desaparece. Una fiesta que nunca acaba, que nunca termina y que nos engancha. Una anestesia efímera y la perpetuación eterna de su efecto. Necesitamos esa dosis para poder seguir viviendo, para soportar ese vértigo, para encontrar la calma. La adicción crece y la abstinencia nos mata. ¿Cuál es la salida? El miedo es lo que nos mantiene lejos de ella. Es inútil. Una vida más sana mañana.

Seguiremos creciendo bajo el bombardeo social de “sé feliz” y nos reproduciremos bajo el bombardeo social de “sé feliz”. Hasta morir bajo el bombardeo social de “sé feliz”. Esta es la enfermedad de hacerse grande.

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