Categoría: Danza
Los personajes empiezan mostrando sus armas: La piedra contundente y clara, el papel seductor, versátil y envolvente, y la tijera fría, precisa e incisiva. Siempre hay alguien a quien dominar, alguien por quien ser doblegado. No son dueños de sus poderes, no pueden evitar la lucha.
Hay peleas necesarias y otras muchas inútiles, pero todas desgastan y pierden el sentido cuando el objetivo se diluye en las armas, las demostraciones de poder. Es fácil olvidar los valores cuando te sumerges en una pelea, una discusión. Al final, olvidas por qué lo hacías. La lucha cobra cuerpo y valor en si misma.
Hemos usado este juego donde nadie gana y todos de desgastan. Podrían seguir luchando hasta el infinito. No hay un motivo aparente, la lucha es el objetivo. El poder es el motivo. Si antaño hubo un por qué, ya lo olvidaron.