Todo empezó con una convocatoria, después un proceso de votaciones y finalmente nuestra selección en la categoría de danza del Festival Talent Madrid 2014. ¡Nos han cogido! Ahora una lluvia de ideas para empezar y precipitadamente muchas, muchas ideas. Trabajar con cajas, de ahí a los personajes, la dramaturgia, a la danza y el teatro, nuestros lenguajes artísticos. Teníamos un nuevo reto, la pieza tenía que tener una duración de unos 8 minutos. Además queríamos que nos motivara a crear algo nuevo y a rescatar el interés por trabajar algunos conceptos artísticos que se nos quedaron cortos en el espectáculo precedente (Historias de Sol y Luna, danzacuentos) en el que venimos trabajando desde hace unos meses. Así que cajas, flores, magia, danzateatro, y ¡al lío!
Lo primero fue el tratamiento de la música de la pieza. Habíamos trabajado con David Martínez en la videodanza (que presentamos para la selección) y nos había gustado el resultado final, así que teníamos claro que la música la compondría él. Por otro lado Sandra López, violinista, venía a las clases de danza que impartía Victoria Valdearcos en el espacio Karaba de Guadalajara. ¡Se trataba de la intérprete ideal!, una música que además se moviera en escena con nosotras. Así que ya teníamos un excelente compositor y una violista que pudiera bucear con nosotras entre las aguas de la danza-teatro con su música. ¡El ambiente sonoro, listo!
Después vinieron los ensayo. El objetivo: presentar al jurado y la dirección artística del Talent la pieza lo más cerrada posible para aprovechar al máximo la crítica y sus indicaciones y con ello poder modificar los aspectos más sucios y potenciarla. Con los ensayos vino el trabajo con fotógrafos en Guadalajara
Marian Useros e Israel Calzado nos aportaron su mirada y su objetivo desde dónde pudimos ver reflejado el potencial de la pieza y sus momentos fuertes.
Cuando llegamos a nuestro ensayo en los Teatros del Canal para la sesión de trabajo con la dirección artística nos impresionaron mucho los medios con los que cuentan estos teatros. Numerosas salas de ensayo, salas de representación y equipamiento técnico al servicio de la creación y producción artística, un marco en el que desenvolvernos sin cortapisas.
Tuvimos el gusto de mostrar la pieza a la directora del Festival, a Sharon Fridman (bailarín y coreógrafo internacional de renombre) y a Roger Salas (crítico de danza de El País). Tres momentos muy diferentes y nutritivos respecto al visionado y posterior crítica de la pieza.
Las distintas miradas y devoluciones sobre el material artístico nos han llevado a percatarnos de detalles claves y por ello potenciar y trabajar más en profundidad. La disposición espacial de la coreografía, el dilema entre expresión y danza (cuando es pantomima y cuando danza), y los cómo: cómo encontrar la combinación justa de cada ingrediente, cómo hacer la manipulación de los objetos y cómo acertar con el tratamiento estético; la dramaturgia de la pieza. Reflexionamos en un diálogo conjunto entre todos cercano y fructífero para nuestra revisión. ¡Objetivo cumplido!
Una propuesta de Sharon: “¿Porque no lo probáis con niños ya que está destinado a un público infantil-familiar?” nos daría el siguiente paso. “Vamos al cole de Sandra” (que es profesora de música en el Colegio Paco Rabal en Villanueva de la Torre) allí podemos plantearles unas sesiones de creación de públicos y a la vez les pedimos un feedback también a los niños. Así que dicho y hecho, nos ponemos a ello.
Seguimos ensayando y nos citamos con el departamento de música del colegio para concretar las fechas de las sesiones. Allí nos reciben con cariño tanto profesoras de música y de apoyo como los propios niños de dos clases de 1º y 5º de Primaria (diferentes edades, diferentes impresiones). Los niños de entre 7 y 12 años se mostraron sorprendidos y contentos de tener una clase de música “especial y diferente”. Por supuesto se meten de lleno en la pieza y nos aportan fabulosos detalles sobre lo que han visto, oído y sentido de nuestra representación y danza.
“¿Dónde está la profesora de música?”, dice un niño. “Creo que debajo de la caja. Mira, mira… se mueve” Sí. Allí estábamos las tres, nerviosas y a la vez sorprendidas de su calurosa acogida y sus nutritivas devoluciones sobre el trabajo artístico que les presentábamos. Un momento mágico.
Y más ensayos, y más ensayos… y seguimos jugando, fijando y volviendo a jugar para ir incorporando y limando detalles y flecos del espectáculo… hasta nuestra fecha para concursar en el Talent Madrid que se aproxima día tras día. Siendo muy conscientes y apreciando que nuestro premio lo estamos recibiendo por el camino.